ANFITEATRO
En la Quinta Vergara se realiza el festival de música popular más importante de Sudamérica. El renombrado "Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar" se lleva a cabo anualmente en el mes de febrero durante las vacaciones de verano. El proyecto de renovación fue resultado de un concurso arquitectónico ganado por el afamado arquitecto "Borja Huidobro". La propuesta arquitectónica de forma ovalada, incorpora un estudio acústico de alta tecnología y un sistema de techos retractiles móviles de 74 metros de diámetro. Fue remodelado en el año 2002, reemplazando la cóncha acústica por un gran anfiteatro cerrado, simulando un Coliseo, hecho de concreto sólido, con una capacidad que supera los 15.000 espectadores.Luego del éxito del primer Festival de la Canción de Viña del Mar que se realizó en 1959, se construyó un anfiteatro en la Quinta, cuyo escenario de madera estaba coronado por una “concha acústica” la cual fue construida bajo la responsabilidad del Constructor Civil Juan Pinto Delgado.
Corrían los primeros meses de invierno de 1959, cuando el alcalde de Viña del Mar de aquel entonces, Gustavo Lorca Rojas, aceptó la idea que le propuso el señor Carlos Ansaldo, en su calidad de secretario privado, para organizar una serie de programaciones que, con el nombre de “Festivales de Otoño, invierno, primavera, verano”, consignarán debidamente coordinadas, los eventos realizados por las diversas entidades sociales, culturales y deportivas de la ciudad sumados a los que directamente organizara la I. Municipalidad. Estos últimos deberían financiarse con el cobro de entradas, evitando de esta manera los desembolsos que, hasta entonces, efectuaba la Corporación mediante el sistema de subvenciones.
Dentro del Primer Festival de Verano efectuado durante la temporada 1959-1960 se consultó, entre el 21 y el 28 de febrero en la Quinta Vergara, la primera feria de Viña del Mar. En ella se daban a conocer las pinturas, esculturas y cerámicas de los alumnos de la Escuela de Bellas Artes algunos de los cuales trabajaban a la vista del público. Además en un tablado montado en uno de los prados existentes a un costado del Palacio Vergara, se ofrecían, en distintos horarios, conciertos sinfónicos, shows infantiles y el Primer Festival de la Canción. En este último se disputaba un premio único de $500 para el mejor tema que estuviera dedicado a Viña del Mar, y los propósitos que se perseguían, era realizar una promoción de la ciudad, estimular la producción de los compositores de música popular y ofrecer un espectáculo a los turistas y veraneantes.
La razón principal para materializar el proyecto en el recinto de la Quinta Vergara fue la de su ubicación, cerca de todos los medios de movilización y las posibilidades que ofrecía para controlar el ingreso y poder efectuar el cobro que ayudaría a su financiamiento.
El resultado de este primer esfuerzo destinado a tener con el paso del tiempo trascendencia Internacional, fue un éxito.
El bordereaux recaudado en la feria dejó superávit y el público sobrepasó las 35.000 personas. La canción ganadora en el festival llevaba el nombre de la ciudad, sus versos pertenecían a Manuel Lira y la música a José Goles y tuvo el mérito de abrir el camino para lo que habría de ser más tarde, el evento más importante de música popular en las tres Américas.
El modesto tablado, dio lugar, al año siguiente, a un escenario provisorio situado en un claro del bosque, donde hasta entonces, existía una plaza de juegos infantiles y la feria se dividió, al cabo de un tiempo en dos espectáculos independientes que perduran hasta el día de hoy; la Feria del artista y el Festival de la canción. La primera circunscrita en sus comienzos a los alumnos de Bellas Artes de la I. Municipalidad, se fue abriendo lentamente a artistas llegados desde diversos lugares del país y el segundo dio cabida hacia su decimotercera versión a los géneros Internacional y Folclóricos consagrando temas que han pasado a ser clásicos como “palabras”, “está de mas” , “la torcacita” , “el corralero” entre otros temas, más trascendentales que otros pero todos aportando algo al desarrollo de la música. Después de su décimo tercera edición, un lamentable acuerdo municipal dejó fuera de competencia al folclore y éste se refugió en Olmué, localidad donde “El Festival del huaso” ha ido creciendo lenta, pero vigorosamente, en una búsqueda incesante de la savia que nutre las raíces de la musicalidad de nuestra zona central.
La participación de japoneses, coreanos, griegos, malteses, egipcios, israelíes y de compositores de las principales naciones europeas y americanas, transformó a la competencia viñamarina en uno de los principales eventos del mundo de la canción.
Más tarde se concretaron otros intercambios y otros contactos. Primero fue el festival de Río de Janeiro y luego los dos de Atenas en Grecia, Split en Yugoslavia, Tokio en Japón, Malta en isla de Malta y San José en Costa Rica.
Con ello se dio a conocer el nombre de Chile y de Viña del Mar. El escenario ya definitivo de la Quinta Vergara, proyectado por el arquitecto Hernando López, ilustró posters y folletos y los premios iniciales del certamen; la lira y el arpa de oro fueron reemplazados en 1970 por la Gaviota de Plata, y que fue creada por Claudio Di Girolamo.
La gaviota del festival, este ave característica de nuestras playas, simboliza la libertad de la música y su belleza. El nuevo símbolo tuvo una espléndida acogida por parte del público y su vuelo ha sido siempre ascendente, al extremo de ser considerado hoy en día como el símbolo de la ciudad que lo vió nacer.
Sin lugar a dudas que el fundador de la ciudad de Viña del Mar, Don Jose Francisco Vergara y su esposa Mercedes Alvarez, al construir su mansión de estilo veneciano a un costado de su parque, no pensó que este lugar a futuro se convertiría en uno del más bullente y visitado en la tan bien llamada ciudad jardín.
MUSEO
60 obras de importantes artistas europeos constituyen una parte fundamental del patrimonio artístico del Museo Municipal de Bellas Artes que funciona en el Palacio Vergara, el que cuenta también con importantes obras de pintores chilenos.
Sala capitular
En el Museo de Bellas Artes de Viña del Mar, se realizaron "los salones de verano", que fueron muestras de artistas de la pintura y la plástica, nacionales y extranjeros de altísima calidad. Ha servido también este Museo a gran cantidad de alumnos del área académica para la complementación de sus estudios de arte.
Por iniciativa del Alcalde Señor Grove, el Palacio Vergara fue transformado en el Palacio de Bellas Artes; creado el 17 de Septiembre de 1941, para lo cual se contaba con la espléndida pinacoteca de la Familia Vergara. Para ello los principales salones fueron adaptados como Museo para Exposición permanente de la pintura Europea y Nacional del Palacio.
Sobre la pinacoteca de los Errazuriz - Vergara, el diario “El imparcial” (1941) escribe: “El conjunto de cuadros que de la colección de Doña Blanca Vergara, hoy en poder de la Municipalidad de Viña del Mar, es parte del conjunto de obras adquiridas en Europa y principalmente en Italia, por don Maximiliano Errázuriz entre los años 1868 y 1872, así su procedencia, puede decirse que es de primera mano”.
Es posible que después de un minucioso estudio se pueda adelantar que se trata de un conjunto del mayor interés y abarca obras desde el siglo XV al XX en el cual se hallan representadas principalmente las escuelas italianas y españolas, como también en forma interesante, los flamencos franceses e ingleses. Sólo poquísimas copias las cuales serán catalogadas como tales. Entre este excelente conjunto se destacan algunos dignos de figurar en cualquier museo Europeo y que no vacilamos de calificar en obras maestras.
El Museo paso así a depender del departamento de Cultura y Bellas Artes de la I. Municipalidad, siendo su primer director don Victoriano Lillo, conocido escritor y crítico de Arte.
En el Museo de bellas Artes de Viña del Mar, se realizaron “los salones de verano“, que fueron muestras de artistas de la pintura y la plástica, nacionales y extranjeros de altísima calidad.
A mediados del siglo XIX, se construyeron, con una finalidad defensiva varios fuertes en la zona central del litoral chileno, 5 de ellos se ubicaron en las Haciendas de Vergara, sus nombres fueron: Pudeto, Callao, Papudo, Sirena y Reñaca.
Escuela de Bellas Artes
Esta fue fundada en el año 1934 por el Alcalde viñamarino Sergio Prieto, en el segundo piso del Casino Municipal.
Sus talleres permanecieron en el casino hasta el año 1941, fecha en que se traslada al Palacio Vergara, con la inauguración del museo de Bellas Artes.
Actualmente los talleres se encuentran en algunas habitaciones del segundo piso y en el amplio sector del Palacio donde doña Blanca Vergara tenía su fina piscina de mármol, temperada. Este sector fue adaptado especialmente para los talleres de la Escuela de bellas Artes, pasando a ser este sector, la parte nueva del Palacio.
El mármol de la piscina fue ocupado completamente en diferentes estatuas. Una de ellas es la réplica de una obra de Rodin.
Los talleres de la escuela son:-Pintura-Escultura-Cerámica-Grabado-Esmalte
El departamento Municipal de Cultura y Bellas Artes de Viña del Mar (Documento de 1945)
El Departamento Municipal de Cultura y Bellas Artes fue creado a principios de 1939 por el Alcalde Dr. Eduardo Grove. El señor Grove quiso con ello centralizar actividades dispersas, entregando a un organismo responsable en cuanto – en relación con la Municipalidad – se refiriera el arte y la cultura. Nombró como Director del departamento al conocido escritor Dr. Juan Marín.
Puesto con todo empeño a su tarea, el Dr. Marín alcanzó a estructurar esta nueva repartición municipal, fijando en líneas generales, la labor por realizarse. Organizó algunos actos públicos, conciertos, conferencias etc, y se preparaba para dar mayor vuelo a sus actividades, cuando fue nombrado como encargado de Negocios de Chile en China. En junio de ese año y a solicitud de todas las entidades culturales y artísticas de Viña del Mar y Valparaíso, fue nombrado en su reemplazo don Victoriano Lillo
El señor Lillo continuó acrecentándolo con nuevas iniciativas el trabajo empezado. Fue así como se dio reglamento a la Escuela de Bellas Artes, que hasta ahora no era más que un curso libre de pintura y escultura. Se crearon nuevas cátedras y habiéndose hecho muy reducido el local donde el departamento desarrollaba su labor -segundo piso del casino- se instaló el edificio llamado “La Rotonda”.
Adquirida la Quinta Vergara, el alcalde señor Grove dispuso que el departamento con todos sus anexos, se trasladara al edificio central de esta propiedad denominado desde entonces “Palacio de Bellas Artes“. Ya con un local con suficiente amplitud, se creó el Museo a base en la sección de obras clásicas de las que había en el palacio cuando fue comprado, y se empezó a formar la sección chilena. Con el objeto de dar mayor importancia a lo musical, fue llamado a colaborar con el señor Lillo, el pianista Don Armando Palacios Bate, quién creó el Conservatorio de Música.